Un buen masaje es tan eficaz como una pastilla


(Transcripción del articulo publicado en el diario ABC (suplemento SALUD) del sábado 11 de febrero de 2012)

La mayoría de los deportistas pueden dar testimonio de que los masajes alivian el dolor y favorecen la recuperación del organismo. Pero desde ahora ya hay una base científica para explicar sus beneficios: el masaje reduce la inflamación a nivel celular y promueve la biogénesis mitocondrial(2) en el músculo esquelético. La investigación realizada en el Instituto Buck de McMaster en Hamilton (Canadá), se ha publicado en Science Translational Medicine y confirma que el masaje ayuda a los músculos dañados a sanar más rápidamente. Estos hallazgos sugieren que la aplicación de masajes ataja el dolor muscular utilizando los mismos mecanismos biológicos que la mayoría de los medicamentos contra el dolor y, por ello, podría se una alternativa eficaz a los analgésicos y antiinflamatorios. Sin embargo pese a ser un método cada vez más popular entre los pacientes de todo tipo de condiciones, se ha hecho muy poco trabajo de investigación para ubicar con precisión las bases moleculares del masaje.

La investigación canadiense se ha basado en el análisis genético de las biopsias musculares tomadas de los cuadriceps de 11 hombres jóvenes después de haber hecho ejercicio hasta el agotamiento en una bicicleta estática. Se selecciono solo una de sus piernas para aplicar el masaje y la otra se utilizó como control. Después tomaron biopsias de ambas extremidades antes del ejercicio, inmediatamente después de un periodo de 2.5 horas de recuperación. Los resultados mostraron que un masaje de 10 minutos es suficiente para activar los sensores bioquímicos que envían señales reductoras de inflamación a las células musculares por medio de unas moléculas denominadas citoquinas(3). Estas señales, explican los investigadores, también mejoran la habilidad de las células musculares para producir nuevas mitocondrias(1).

Dado que las mitocondrias son importantes para la producción de energía, los investigadores sugieren que aplicación de masaje podría acelerar la recuperación de daño muscular en atletas y promover la curación en pacientes con problemas musculosqueléticos. Sin embargo, sorprendentemente, el estudio demostró que algo que se acepta como cierto, no lo era: el masaje no ayuda a eliminar el ácido láctico de los músculos cansados.

(1) Las mitocondrias son los orgánulos celulares encargados de suministrar la mayor parte de la energía necesaria para la actividad celular, actúan por tanto,como centrales energéticas de la célula y sintetizan ATP a expensas de los carburantes metabólicos (glucosaácidos grasos y aminoácidos). La mitocondria presenta una membrana exterior permeable a iones, metabolitos y muchos polipéptidos. Eso es debido a que contiene proteínas que forman poros llamados Porinas o VDAC ( canal aniónico dependiente de voltaje ), que permiten el paso de moléculas de hasta 10 kD y un diámetro aproximado de 20 Å.
Las mitocondrias contienen su propio ADN y se piensa que representan organismos similares a las bacterias incorporados a la célula eucariota hace unos 700 millones de años (incluso ya desde hace unos 1500 millones). Funcionan como sitio de liberación de energía (después de la glicólisis que se realiza en el citoplasma) y formación de ATP por quimiósmosis. Se encuentran rodeadas por dos membranas, la interna forma una serie de repliegues: las crestas mitocondriales, la superficie donde se genera el ATP.
 (2) La biogénesis mitocondrial. La actividad contráctil crónica produce en el músculo, entendiendo estos términos como los procesos celulares involucrados en la síntesis y degradación de estas organelas.
La iniciación de la biogénesis mitocondrial en las células musculares comienza con ciertas señales provocadas por la contracción del músculo. La magnitud de la señal/es, indudablemente hasta cierto punto, está relacionada con la intensidad y duración del esfuerzo contráctil.
(3) Las Citoquinas son un conjunto de proteínas que regulan interacciones de las células del sistema inmune. Su función inmunorreguladora es clave en la respuesta inmune, en la inflamación y en la hematopoyesis de distintos tipos celulares.