Efectos del masaje

EFECTOS DEL MASAJE SOBRE EL ORGANISMO.
  • Fisiológicos.
    Un masaje aplicado con destreza constituye un medio efectivo para tratar de influir en las estructuras y las funciones del organismo. Los efectos específicos de cualquier masaje varían de acuerdo con la intención con la que se presta, la elección de las técnicas utilizadas. Dependiendo del la clase de manipulación, una vez que se practica, se percibe una sensación de ligera relajación, estimulación o renovación. Los efectos fisiológicos del masaje no se limitan a la piel. El cuerpo como un todo se beneficia de la estimulación obtenida mediante las actividades muscular, glandular y vascular. La mayor parte de los órganos del cuerpo responden muy favorablemente a los tratamientos científicos de masaje.
  • Sobre el sistema muscular.
    El masaje favorece la nutrición y el desarrollo del sistema muscular, estimulando su circulación, su inervación y su actividad celular. Un masaje regular y sistemático hace que los músculos resulten más firmes y más elásticos. El masaje también constituye un medio efectivo para relajar los músculos tensos y eliminar los espasmos musculares y El dolor producido por la acumulación de sustancias y la falta de oxigenación.

    El masaje provoca actos reflejos que actúan sobre el Sistema Nervioso Central (SNC.) disminuyendo el umbral del dolor como consecuencia de la liberación de Endorfinas y la estimulación de los mecanismos receptores. Las técnicas de inhibición, acupresión, trigger point, llamadas de muy diversas formas y maneras, son muy adecuadas en estos casos, pues evitan la alteración producida por el roce o fricción de otras técnicas manuales.

    El aporte de sangre a los músculos es proporcional a su nivel de actividad. Se estima que la sangre recorre los músculos masajeados tres veces más rápido que los músculos en reposo. El masaje previene y alivia la rigidez y la inflamación de los músculos. Así, unos músculos fatigados por un exceso de trabajo o ejercicio se recuperan más rápidamente tras una sesión de masaje que mediante un descanso pasivo de la misma duración. El masaje puede presentar efectos positivos en el grado de movilidad de los miembros cuando ésta esté limitada por una lesión de los tejidos, una inflamación, la tensión muscular o una torcedura. El estiramiento del músculo que realizamos en el masaje le hace aumentar su eficacia, pues las fibras son movilizadas en todas las direcciones, cosa que no siempre conseguimos con el estiramiento activo.
  • Sobre el sistema circulatorio.
    La fricción superficial y profunda genera un calor por roce de la mano sobre la piel y el roce del deslizamiento interno de los tejidos. Se produce la apertura de capilares, aflorando así sangre más caliente y oxigenada. La acción mecánica del masaje afecta a la calidad y al volumen del flujo de la sangre en el sistema circulatorio. Con el aumento del flujo de la sangre en el área masajeada, mejora el alimento de las células y la eliminación celular. De esta manera, el trabajo del corazón se reduce, debido a que mejora la circulación superficial. Bajo la influencia del masaje, se favorece el proceso de formación de la sangre, generando un aumento de glóbulos rojos y blancos. El masaje puede influir en el funcionamiento de los vasos sanguíneos y linfáticos, bien mediante la acción mecánica directa sobre las paredes de dichos vasos o mediante la acción refleja a través de los nervios vasomotores.
  • La permeabilidad del tejido.
    Con la acción de la fricción superficial y profunda se facilita la apertura de los poros para la eliminación de sustancias de desecho, aumentado la reabsorción interna de las mismas como consecuencia del esfuerzo practicado. Cuanto mayor reacción, mejor nutrición. El tejido recobra su permeabilidad y vigor. 
  • Psicológicos.
    No hay que subestimar los efectos psicológicos del masaje. Uno se siente más sano, más fuerte y con más energía. Se ha comprobado que el masaje constituye una herramienta terapéutica efectiva para recuperar una imagen personal más positiva, así como mejorar la autoestima. Muchas personas que sufren estrés consideran que el masaje les relaja y corrige malestares leves. En algunos casos, afirman que les hace sentirse más jóvenes y les anima a poner más atención en el cuidado de su nutrición, a practicar más ejercicio y a adoptar hábitos más saludables. Es también una manera para tomar conciencia de las zonas del cuerpo donde se acumula más tensión
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